Es una solución innovadora y efectiva, que mezcla la colocación de agujas con la electricidad para tratar diversas dolencias musculoesqueléticas y conseguir resultados más rápidamente.
La electroacupuntura, aunque utiliza las mismas agujas que la acupuntura, no comparte sus fundamentos. Mientras que la acupuntura se basa en la manipulación de los flujos de energía del cuerpo, la electroacupuntura aplica microcorrientes eléctricas en puntos específicos. Esta técnica busca estimular nervios y músculos, ofreciendo alivio en diversas molestias y tensiones musculares. Es una alternativa para quienes buscan un enfoque que combine la precisión de la acupuntura con la tecnología de la estimulación eléctrica.
Este método, que se puede complementar con otros tratamientos, es bastante efectivo para potenciar la recuperación y aliviar el dolor. Te contamos algunos de sus beneficios concretos:
En general, hablamos de un tratamiento indoloro y apenas molesto, gracias a que las agujas son bastante finas. En la mayoría de los casos, se recomienda una frecuencia de 1 sesión a la semana, ajustando según la evolución y la gravedad de la dolencia.
Analizamos las dolencias concretas y los objetivos a conseguir. Tras una exploración, definimos los puntos de actuación adecuados para iniciar el tratamiento.
La sesión comienza con la inserción de agujas finas en la zona donde se encuentra el tendón, músculo o ligamento afectado. Se controla cuidadosamente la profundidad y dirección de cada aguja.
Una pequeña corriente eléctrica se conecta a las agujas, regulando su intensidad para que resulte cómoda y efectiva.
Tras mantener la estimulación eléctrica unos minutos se retiran las agujas y se evalúa su efecto.
En general, las agujas utilizadas son muy finas y su inserción apenas produce molestias. La sensación de corriente suele ser mínima y se ajusta para mantener una experiencia lo más agradable posible.
El alivio suele ser inmediato tras la primera sesión de electroacupuntura, y esta mejoría continúa progresando a medida que avanzan las sesiones. Los pacientes experimentan una reducción significativa de las molestias y una mayor sensación de bienestar desde el inicio del tratamiento.
La mayoría de pacientes pueden continuar con sus actividades habituales sin problema. Es recomendable evitar esfuerzos intensos el día de la sesión.
Es un método complementario que puede usarse junto con otros tratamientos. Resulta efectivo para potenciar la recuperación y aliviar el dolor, pero no debe sustituir una atención médica que ya esté pautada en casos más delicados.
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