Descubre los beneficios del calor profundo. Mejora la circulación sanguínea, reduce el dolor y la inflamación, y acelera la regeneración celular gracias a este tratamiento no invasivo.
La diatermia actúa a través de ondas electromagnéticas que generan calor en zonas específicas, sin dañar la superficie de la piel. Este procedimiento aumenta el flujo sanguíneo local y favorece la oxigenación de los tejidos, ideal para lesiones musculares, articulares y procesos inflamatorios.
Con la diatermia podrás disfrutar de múltiples ventajas:
Cada sesión suele durar entre 15 y 30 minutos, según la zona a tratar y la gravedad de la lesión. La frecuencia recomendada puede variar de 1 a 2 veces por semana, pero se ajusta en función de la respuesta y necesidades individuales.
Necesaria para ver si es el tratamiento más adecuado para tu lesión.
El dispositivo emite ondas electromagnéticas que penetran en el tejido, generando un efecto térmico controlado.
Verificamos tu evolución sesión tras sesión, modificando el plan para optimizar los resultados.
Por lo general, la diatermia se considera un método seguro. Sin embargo, si presentas cualquier condición especial (hipersensibilidad al calor, uso de marcapasos, embarazo, entre otros) es importante que informes al profesional antes de iniciar el tratamiento. Así se adaptará la terapia o se buscarán alternativas adecuadas.
La diatermia es una herramienta clave en la fisioterapia para acelerar la curación de lesiones, mejorando la circulación y reduciendo la inflamación. Combinada con ejercicios terapéuticos, puede optimizar tu rehabilitación y permitirte volver a tus actividades diarias más rápido.
Además, el tratamiento de diatermia ofrece una solución efectiva para el dolor crónico, ayudando a reducir la inflamación y mejorando la circulación. Con resultados duraderos, puedes sentir un alivio significativo en condiciones como la artritis o las contracturas musculares.
La idoneidad de la diatermia depende de factores como el tipo de lesión, su ubicación y la fase de recuperación en la que te encuentres. Normalmente, se realiza una valoración inicial en la que el fisioterapeuta evalúa tu historial clínico y tus síntomas actuales. Si se determina que el tratamiento con calor profundo puede beneficiarte, se diseña un plan personalizado que encaje con tus objetivos y características particulares. En caso contrario, el profesional puede recomendar otras terapias o combinarlas para obtener mejores resultados.
Esto varía de persona a persona y depende, sobre todo, de la gravedad de la lesión y de cómo responde tu cuerpo al tratamiento. Muchos pacientes experimentan un alivio inicial tras unas pocas sesiones, mientras que otros necesitan varias semanas para notar cambios significativos. Durante el proceso, se revisan los avances de forma periódica para valorar si es necesario combinar la diatermia con otras modalidades (fisioterapia manual, ejercicio terapéutico, etc.) y así acelerar la recuperación.
La mayoría de los pacientes describe una sensación de calor agradable y relajante durante la aplicación. Rara vez se experimenta dolor, puesto que la intensidad de las ondas electromagnéticas se ajusta cuidadosamente. Si en algún momento notas incomodidad, se puede disminuir la potencia o modificar el modo de aplicación para asegurar tu bienestar. El objetivo es que el calor actúe en la zona afectada sin generar molestias adicionales.
Por lo general, se puede continuar con las rutinas diarias sin mayor problema, ya que la diatermia no suele provocar efectos secundarios que limiten la actividad. Sin embargo, es recomendable que evites esfuerzos físicos extremos o movimientos bruscos que puedan agravar tu lesión. El fisioterapeuta puede darte pautas específicas sobre qué ejercicios o actividades resultan más adecuados o cuáles conviene posponer hasta que la recuperación esté más avanzada.
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